domingo, 5 de abril de 2009

Bologna, el regreso

Uuuf... finalmente volví de Bologna. Y digo finalmente porque, si bien llegué a casa hace 10 días, recién ahora me recupero de la experiencia y puedo tratar de hacer algún tipo de reflexión sobre el tema (que no sea solamente "Bologna es agotadora!").

Empecemos con una introducción estilo "estado de la cuestión". Es la primera vez que voy a Bologna, y si bien no sabía bien qué esperar de la Feria, fui dispuesta a sacarle el máximo provecho posible, sea el que fuera. Aconsejada por una ilustradora muy conocida en Israel, me llevé un arsenal de cosas para entregar a posibles editores: posters A4, una especie de folletos muy mononos, Cds, tarjetas personales, y unas tarjetas un poco mas grandes, como media postal digamos, para colgar en el Meeting Point de artistas -de las que llevé 100 y me quede cortísima-.

(mi aporte en el Meeting Point)

Antes de ir hice la tarea: traté de conseguir citas con los editores, y pese a mis denodados esfuerzos lo único que logré juntar fueron... 6 citas. Pero en Bologna ataqué a cuanto editor tuve delante, y logré mostrarle mi trabajo a muchísimos editores mas que a los 6 que me contestaron los mails.

Ya sobre la Feria en sí, personalmente me sirvió mucho para ubicarme como ilustradora (esta frase tiene cita: la escribió Tipika en su versión de la experiencia de la Feria, y la cito textual porque yo sentí exactamente lo mismo... en este punto al menos; es cierto también que hay tantas Bolognas como ilustradores!). Me sirvió para ver adonde puedo encajar -y muy importante también, adonde me interesa encajar-, para identificar un poco las cosas que quiero hacer y así saber hacia donde orientar mis búsquedas, para ver cuáles de las cosas que quiero hacer tienen lugar en el mercado y cuáles no, y por supuesto para ver con mas claridad qué cosas podría mejorar de lo que hago. Hubo también editores cuyas opiniones me sirvieron mucho como consejo, y eso también ayudó bastante.

En este sentido la Feria me resultó muy enriquecedora e inspiradora: volví llena de ganas de dibujas cosas, muchas cosas -que al fin y al cabo es el combustible del asunto, querer dibujar- y llena de ganas de experimentar. Ahora tengo que trabajar para no dejar que se me evapore el envión antes de ponerme en marcha!

Con respecto al portfolio, yo llevé 17 trabajos -todos impresos, no originales, asi que me perdí de conocer la reacción de los editores ante un "dibujo verdadero"-. Como no tengo un libro ilustrado entero publicado, me lleve un proyectito que tengo bocetado y que tiene una sola pagina terminada -y me di cuenta que me también acá me quedé cortísima: debí haber hecho mas páginas, si no todo el libro-. Mi selección de trabajos para mostrar no fue muy homogénea que digamos, pero no tuve quejas al respecto... es mas , la reacción de los editores me dejó conforme, y no porque todos me hayan dicho "que lindo" sino porque la mayoría de ellos se tomaron su tiempo para mirar los trabajos y hacer comentarios -los que pasaron las hojas rápido fueron aquellos donde el estilo de mi trabajo no encajaba ni con calzador en su editorial, pero incluso a ésos les mostre mi trabajo para pedir una opinion. La verdad, ataqué a todo el mundo.

Lo que me perdí muchísimo fue de interactuar con otros ilustradores. A lo mejor fue porque de ansiosa que estaba me la pasé saltado de editor en editor y no me tomé ni un segundo para respirar, o porque en general me dio la impresión que todo el mundo estaba allí para "hacer negocios" mas que para charlar, o porque estaba ocupadísima tratando de absorber todo lo que había para ver y tratando de lidiar con todo lo que se me ocurría; en fin, no se bien por qué, pero la verdad es que apenas si hablé con otros ilustradores. Hago Mea Culpa, y espero que la próxima vez que vaya esté un poquito mas desacelerada y pueda dedicarme a aprender también del contacto con otros ilustradores.

Por último, resta decir que Bologna es absolutamente agotadora. Al final del día en la Feria, con la espalda doblada bajo el peso de carpetas y bolsos y folletos y etcs, apenas si me quedaban fuerzas para ir al centro a tomar un par de helados (obligación absoluta: Italia tiene los mejores helados del universo y alrededores, sin exagerar) y despues subirme al colectivo que me lleve al B&B que conseguí en la loma del peludo. De la experiencia aprendí entonces que para la próxima tengo que encontrar un alojamiento mas piola y mas céntrico, tengo que ir mas concientizada de que va a ser una semana devastadoramente cansadora, y tengo que llevar más plata para helados.